lunes, agosto 10, 2009

Encuentro en carro

Hacía tiempo que no me ocurrían cosas curiosas... curiosas en el sentido que salen de lo cotidiano, del ir de aquí para allá, de allá para acá. Quizás hoy era el día.

Caí de la cama un poco pasada las 7 de la mañana... bastante temprano para ser yo desde este año... que antes de las 8 me cuesta mucho abrir los ojos. No obstante, mi sentido de la responsabilidad, y de que debía chequear bien la clase que me correspondía hacer hoy me obligó a tal hazaña. Había sido una noche de modorra, y aunque me desperté con dolor de cabeza (no era caña, tampoco sabría decir si era falta de sueño), emprendí rumbo a la universidad. Al llegar... más temprano que de costumbre, me apresuré a preparar un café... necesitaba despertar las neuronas. Pasada las 10 logré finalizar mi cometido... aunque deambulé como zombie gran parte del día... incluso para la clase de hoy me faltó la chispa que suelo tener (bueno, pasar teoría de la probabilidad tampoco tiene nada de emocionante).

Decidí abandonar la oficina temprano... a eso de las 5.45 ya estaba de vuelta en casa. Recordé que debía comprar algunos víveres, así que después de cambiarme de ropa, fui al supermercado... tomé un carro como de costumbre y me puse a caminar entre los pasillos, mirando las cosas, pero sin prestar atención en nada. Sacaba cosas de las vitrinas y las colocaba en el carro, casi de forma autómata. Y así seguí mi ruta, a paso lento... hasta que un carro se colocó frente de mí, sin dejarme avanzar... traté de esquivarlo una vez... pero éste siguió mi movimiento, traté de esquivarlo por segunda vez... sin resultados nuevamente. Levanté la cabeza con expresión de hastío y con ganas de protestar... pero una cara sonriente echó por tierra mis planes: "tienes cara de querer descargarte con alguien... pero Dani, ¿desde cuándo tan despitada por la vida?". Me detuve y observé la cara sonriente. "No puedo creer que lo hicieras a propósito", me limité a decir. "Debía llamar tu atención... te vengo siguiendo desde el pasillo de los fideos". A Roberto no lo veía desde que emprendió viaje a tierras del sur, y en principio me costó reconocerlo, se ve más viejo, con una barba descuidada y el pelo desaliñado, pero con su cara de joven travieso que siempre le caracterizó desde que nos conocimos cuando entré a la universidad. Le pregunté que hacía en Santiago, y me contestó que se quedaba un tiempo por acá... como meses sabáticos. Está trabajando, no es millonario, pero se mantiene... fue lo que alcanzamos a conversar mientras nos encontramos en el pasillo de la leche. Le pregunté si se estaba quedando cerca, me dijo que no... que sólo estaba acompañando a un amigo que vivía cerca de estos lados. Bueno, habrá que juntarse, le manifesté... y me preguntó qué tenía que hacer en ese instante.... "aparte de pagar y llevarme los víveres a casa?, no mucho en este instante". Bien... nos podemos juntar en un rato más, añadió. Acordamos vernos en Plaza Ñuñoa a eso de las 7.

Caí en cuenta que hacía más de 3 años que no veía a este cabro... como dije, se ve más viejo, pero el buen humor no se le quita. Obviamente hice el interrogatorio de rigor: trabajo medianamente estable, soltero, independiente, sin hijos, vida relativamente tranquila. Ciertamente él repitió el interrogatorio en sentido inverso, a lo cual tuve que contestar sobre mi situación educacional, laboral y amorosa. "Vaya, toda una afortunada". Me reí agregando algo como "bueno, tú sabes que nunca es suficiente". "Sí, te conozco... no te basta con lo trivial, no me sorprendería que me salieras con que te casas en un tiempo más". Eso fue doble carcajada... "no niego que la idea puede llegar a ser atractiva... pero es impracticable", agregué. "Muy exigente la señorita?", "a veces demasiado...". Fue ahí donde cambiamos el tema, le pregunté por sus padres, su hermana. Cuándo volvía al sur, y si nos juntaríamos por ahí en algún momento. Fueron las mejores dos horas de este soñoliento día... creo que necesitaba expulsar información, aunque fuera de forma trivial. Hay días en que te levantas como si fuera el peor de todos... pero termina decentemente... hoy fue uno de ellos.