jueves, octubre 18, 2007

Verdad... casi verdad

Mis queridos lectores:

Hay momentos en que uno siente que tiene tanto que contar... pero el sueño, o el cansancio... o el no encontrar las palabras adecuadas frenan todo impulso creativo y expresivo que pudiese existir. Así es... semanas "movidas" en todo sentido. Y esto no se acaba. Y ha de continuar... al igual que yo.

El cierre deseado

Cuando me preguntaron si estaba segura de lo que estaba haciendo, un "sí, por supuesto" salió de mi boca como si nada... como si de verdad lo estuviera. Como si ciertamente estuviera segura de querer terminar un ciclo y empezar algo nuevo. Y así lo he asumido... a pesar de llevar meses de meditación. Mi ciclo laboral llega a su fin en diciembre. Está decidido... por una u otra razón, es justo y necesario hacerlo. Y aunque empezaron las estrategias para "retenerme"... creo que no será suficiente esta vez.

No será suficiente porque mi cabeza y mi cuerpo dicen basta. ¿Arrepentimiento?... no todavía, si bien la decisión está tomada e informada... aún no ocurre el cambio de estado. Es posible que después vengan los lamentos... pero por el momento, eso no me preocupa. Sólo quiero que pasen estas semanas horribles que tengo encima... sólo quiero abrir los ojos y ver que ya pasó todo. Ver que no tengo que preocuparme más por eso.

La propuesta inesperada

Que te pidan pololeo... hoy por hoy... es una acción poco convencional. Es decir, muchas veces se da "por hecho" una relación con algo de formalidad... y cuando se está en una conversación típica sale la palabra... "pololos"... se toma con naturalidad, porque se trata de un acuerdo tácito suscrito y aceptado a través de la actitud con el otro: incluirlo en tu vida, en tu rutina... conocer a tus amigos, compartir más que la mano, los besos o la cama.

Además... una propuesta siempre involucra más de lo que realmente se propone. Si tú dices "quiero algo más que una amistad contigo", es porque piensas en una gama de posibilidades que extralimitan en veces las expectativas del otro. Finalmente es eso... "expectativas". ¿Qué espera el otro de tí?, ¿qué esperas tú del otro?... si eso no coincide... aunque sea en parte, el conflicto es seguro... y cuando estás en la parada "no, complicaciones ahora no", no es muy eficiente embarcarse en una relación de este tipo.

Y eso... combinen la inexistencia de un acuerdo tácito y la incompatibilidad de expectativas: eso da como resultado que la propuesta sea más incómoda de lo normal. Mi corazón dice que si hay que lanzarse... debe haber convencimiento... mi cabeza me dice que me deje de wear y me preocupe de otras cosas. Así es, hay un complot de mi misma contra mi misma en este tema. No mucho más que decir... sólo que el rechazo sea por estas razones y no por inseguridad. Lo se... a veces debes premiar la constancia... pero hay maneras distintas de hacerlo.

El futuro incierto

Caminando... más bien trotando. Esa es mi situación actual... y si de "verdades"... o "casi verdades" se trata, hay que asumir que me siento en la cuenta regresiva. Estoy ansiosa... y expectante. Da un poco de susto no saber para donde te lleva la micro en estos momentos... pero ya no me importa... dejo eso suspendido por sanidad mental. Tengo mi cabeza en una playa del caribe tomando sol y siendo abanicada por un moreno de la zona.

2 comentarios:

Lolo dijo...

No sabes cuánto me alegro por vos

Anónimo dijo...

La constancia, por si misma, no merece recompensa. Sino, los hueviadores sin vida serían dueños del mundo.
Suerte en este "futuro incierto" y disfrútalo. La seguridad está sobrevalorada: no hay nada como levantarse en la mañana sin saber claramente cómo será nuestro día.