Camine, no corra

No puedo decir que estos han sido días malos, pero tampoco han sido fáciles.

Es tremendo cuando te das cuenta que estás andando sola en un camino, que tomaste las riendas de algo, y que las estás sujetando sólo tú. Que todo depende de ti, el éxito y el fracaso. Es una responsabilidad que es distinta a la que estaba acostumbrada anteriormente: solía ser la mujer de bajo perfil que sólo se preocupaba de hacer sus labores, sin importunar al resto, sin siquiera ser notada en veces. Digamos que esta característica, en mi caso, no sólo aplica al plano de las labores: es por eso que el cambio de escenario al que me estoy enfrentando ahora, propone un desafío aún mayor. Se trata de un desafío que quizás debería haber afrontado antes... pero que tarde o temprano tenía que llegar.

Sería más fácil si hubiesen otras condiciones. Pero para qué estamos con cosas, nadie dijo que tenía que ser fácil. Y en parte, yo quise que fuese así. Mi ambición personal en momentos me desespera, pero sin ella, no tendría nada. Nada. Así hay días en los que despierto y sólo escucho silencio. En esos momentos, la soledad aturde, y el silencio ensordece... y ahí está mi cabeza trabajando, y ahí están mis neuronas maquinando, diseñando... me apena decir que ya casi no "soñando", hace tiempo que "soñar" pasó a ser una actividad poco productiva.

Pero este nuevo escenario no parece ser malo. A la luz pública sigo "el camino correcto": que bueno poder escuchar eso... que bueno cuando sientes como si pisaras lodo. No lo niego, a veces es bueno poder compartir un poco del temor que se siente, pero me da la impresión que si verbalizo ese temor, podría volverse realidad, y eso me horroriza. Son de aquellas pesadillas que te persiguen cuando te enfrentas a lo distinto.

Aún así lo disfruto, aún así lo elegí. Supongo que hay que darle tiempo al tiempo. Es cierto, me gustaría que algunas cosas fueran distintas, de seguro lo disfrutaría más. Al parecer la política es caminar y no correr, así debería ser menos vertiginoso.