lunes, septiembre 21, 2009

Vacaciones improvisadas

Ciertamente las quejas comenzarán en un par de horas más... pero en este minuto, sólo puedo decir que estos días libres más que justos y necesarios, se convirtieron en mi bote salvavidas para lo que queda del año... y que no es poco.

La idea había empezado desde hace un par de meses... pero dado lo "fortuita" que se ha convertido mi vida en este tiempo, no quise planificar demasiado. La idea era poder salir de la ciudad los días de Fiestas Patrias... el destino daba lo mismo... pero mientras fuera desconectada del mail y el teléfono, ideal. Después de unos acomodos y "sacrificios" administrativos, decidí tomarme desde el martes pasado hasta hoy de vacaciones. Tomé mi maleta y parti rumbo a Viña del Mar. Sí, playa, sol, mar... descanso, que te sirvan, sin preocuparte de que hay que levantarse temprano o que se viene una reunión al día siguiente... simplemente de ensueño. Pero como lo bello se acaba... volví ayer a la capital, con un sabor agradable y con la idea de que debo repetir esas experiencias más seguido, con la idea de que el trabajo no lo es todo y que hay una vida más allá del computador. Si hubera sido más extremista, hubiera regresado hoy domingo... pero habían dos fuertes razones por las cuales no hacerlo: necesitaba un día para conectarme de nuevo a la ciudad y porque era el cumpleaño de Hugo, el primero que celebramos estando juntos, por lo cual tenía un sabor especial.

Siguiendo con este último punto, y sacando las cuentas (lo siento, "deformación" profesional), el pasado 13 cumplimos 8 meses juntos, y aunque ahora no los cuento semana a semana, creo que me he convencido cada día más de eso que "estoy con alguien", y eso implica muchas cosas en mi rutina de vida: no puedo llegar y agarrar mis maletas para salir cascando, ahora más allá de las cosas que me gusta hacer, planifico pensando en hacerlas de a dos, o al menos aquellas en las que sí exista algún grado de sintonía. No es malo, pero es extraño. Tampoco me quejo, disfruto de las ventajas del "emparejamiento", los abrazos, los besos, la compañía, la complicidad. Incluso ya me complican menos los ronquidos y hasta los llego a encontrar tiernos. Mirarlo dormir puede llegar a ser un pasatiempo que disfruto durante las noches de insomnio... "quien te vio y quien te ve!". Es cierto, la parte ingrata viene cuando se corta la conexión, cuando no somos capaces de decirle al otro lo que pensamos... pero es parte del desafío, y si todavía lo siento como una "caja negra" en varias cosas, en otras siento que he ganado un terreno importante. ¿Destino?, ¿para dónde vamos?, ni idea... y si he repetido incansablemente que no me gusta la incertidumbre de esta realidad, al menos me gusta jugar a que tengo la certeza para soñar un poquito. Dicen que hay personas que "planifican" mucho dentro de una relación y se vuelan con el largo plazo... yo prefiero definirme como una persona que no le gusta entancarse y al menos tener una mirada más allá del ahora, y aunque las cosas no llegaran a resultar como se pensaron en un inicio, no veo nada de malo atreverse a querer algo más allá.

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