Una cosa por otra

Caminar por la orilla de una playa, sin rumbo fijo, con el viento en la cara, sería una de las experiencias más relajantes para mí en estos minutos; sentarme a observar como las olas rompen en las rocas mientras el sol se esconde en el horizonte… aquellas cosas que ocurren todos los días, pero que no somos capaces de presenciar sino sólo añorar… algunos afortunados tienen la suerte de poder estar ahí, sin embargo, ellos sueñan con el ruido y una selva de cemento.

Una cosa por otra… esa es la cuestión: después de meditarlo un tiempo, he llegado a la conclusión de que cada decisión tomada en este último período ha anulado más alternativas de las que yo suponía en un principio. He tratado de ordenar el rumbo de mis actos… y sólo he conseguido meterme en una rueda que gira y gira… pero que no se hacia donde va.

Ya se habrán dado cuenta que el tiempo ha sido bastante escaso, razón por la cual he dejado el blog en “stand-by”. Había querido volver a escribir algunas cosas… pero el cansancio nocturno y el letargo de los fines de semana me lo impidieron. En fin… ¿qué ha ocurrido?, pues bien… como ya saben, trabajo en una oficina de lunes a jueves… dedicándome los viernes a correr por Santiago haciendo ayudantías en dos universidades. Y así me lo he llevado estas semanas, como una trabajadora responsable, como alguien que ha tenido que abandonar casi definitivamente sus costumbres “pajeras” (levantarse tarde, dormir siesta, jugar en el computador hasta altas horas de la noche, tenderse en la cama a mirar el techo, postear en algún foro… e incluso escribir en el blog), y sumergirse en una lógica que hasta hace un par de meses rechazaba con todas mis fuerzas: muchachos… es cierto eso que dicen… “no escupas al cielo que te puede caer en la cara”.

Igual no debería ser tan crítica al respecto, dado que también esto tiene sus ventajas… más allá de trabajar… tener un lugar de trabajo decente y tener dinero para poder costear cosas que para mí antes eran inviables, produce una satisfacción distinta… que casi se aproxima a poder decir “sí, yo puedo hacerlo… no dependo de nadie para hacerlo”. Carretear “adultojovemente”, contribuir al bienestar familiar, comprar libros, música y películas que me gustan, son sólo alguno de los beneficios que he tenido por estar en el mercado laboral. Espero que no sean los únicos… no me gustaría pensar que después de esto no hay nada más.

Pero tienen razón… no todo en la vida es trabajo… por eso ahora, más que nunca, valoro la vida social y el ocio. El viernes pasado tuvimos un carrete en la casa de la Hegeliana… celebramos su cumpleaños 24… de tiro largo hasta las 3 o 4 de la mañana… cuando ya el sueño o el copete nos derrotó a todos… nada que hacer. Este fin de semana… en perspectiva, no hay nada en agenda… aunque si mañana me dicen “vamos a dar una vuelta”, capaz que diga “sí”. Es así como los fines de semana se me pasan rápidamente... y llega el domingo en la noche, momento en que siento que me gustaría haber hecho más cosas de las que hice efectivamente. En fin, se supone que debería ordenarme en algún momento... "por la razón o la fuerza" dicen por ahí...

Y nada... quedan pocos días para la ceremonia de titulación, el gran evento del año: hoy fui a buscar las invitaciones a la oficina de María Lidia. Ahora tengo que ponerme a pensar seriamente en cosas como "qué me pondré" y "donde será el carrete post-ceremonia"... no me culpen, pero es que no es menor... uno no se titula todos los días... aparte de todo lo que significó estar 5 años luchando en una carrera, no excenta de dudas, momentos buenos y momentos malos.

Me dio risa... ya le he contado a todo el mundo que me titulo... y un amigo ayer "pícaramente" me dijo, "¿quiéres que te prepare la celebración?",... yo sólo atiné a reirme... aunque también se me pasó la posibilidad por la cabeza... ¿por qué no?, jajaja... si igual hay que tirar la casa por la ventana como sea. Bueno, ahí les contaré como resultó todo.

Mañana es un día de incertidumbres... trataré de programar alguna junta para la tarde... ando con ganas de hablar, así que necesito un interlocutor (ya me salió lo mina). Ahora estoy cansada... así que será mejor dormir... tengo sueño... sueño que me vence todos los días en la mañana cuando me levanto.