viernes, noviembre 16, 2007

Yo estuve ahí!!!!

Yo estuve ahí... más cerca de lo que pensé que estaría. Toda la mierda del día se me olvidó gracias a esto. Gracias cabros!

- Por favor, acompáñenme, yo las llevo a sus asientos.
- Gracias.

Cuando comenzamos a avanzar entre los pasillos, pensé que nos iban a instalar en las primeras filas del sector de asientos rojos, donde se suponía estaba la platea. Pensaba yo..."bueno, desde aquí hay buena visión, sólo nos molestarían los 'vip' de asientos blancos de adelante". Pero seguimos avanzando... entremedio de los asientos blancos. Después de llegar a la tercera fila, la niña que nos conducía nos dice: "301 y 302, estos son sus asientos. Que disfruten del espectáculo. Se recibe una cooperación voluntaria". Diablos!!!! 3ra fila!!!!. O sea, yo sabía que había pagado sus buenas lucas por los tickets, pero no me imaginé que fuera para ese lugar. De puro agradecimiento le dimos a la niña su cooperación voluntaria y nos instalamos. Todavía emocionada le mandé un mensaje de texto a la Gaby... tenía que compartir mi felicidad con alguien!. Faltaba media hora para que empezara el concierto... y yo estaba maravillada viendo a sólo dos metros de mi, la bateria de Simon Phillips.

El recinto se empezaba a llenar, y los primeros gritos se escuchaban de fondo... entre aplausos y aclamaciones pedíamos que empezara el concierto de una vez por todas. Hasta que pasadas las 21:30 hrs. aparecieron en el escenario. Aplausos y gritos de fondo. La primera canción, del disco Mindfields, para empezar a mover al público... "Caught in the balance": se me había olvidado que ese disco tenía canciones notables como esa. Me prometí en ese instante llegar a la casa a buscarlo y escucharlo entero. La música sonaba muy bien, la acústica del Caupolican es excelente, o al menos el sonido esa noche no tuvo problemas.

Aparece en escena Lukather y compañía. Detracito y después de la introducción musical, se ve Bobby Kimball, con su clásico atuendo, completamente de negro, y su botella de agua mineral que no abandonó en toda la noche (que manera de deshidratarse ese hombre!). La banda se componía entonces de: Bobby Kimball en voz, Steve Lukather en guitarra principal, Greg Phillinganes en teclados, Simon Phillips en batería, Tony 'mijito rico' Spinner en guitarra y el maestro veterano Leland Sklar en bajo. Todos músicos notables. Greg Phillinganes ha tocado con Aretha Franklin, Eric Clapton y Paul McCartney, entre lo más conocidos. Por su parte, Tony Spinner, a pesar de ser el jovencito del grupo, se mantiene sesionando desde 1993, y acompaña a Toto desde el disco Livefields aproximadamente, así que tampoco es un aparecido, no se engañen. Por último, Leland Sklar es un clásico de clásicos, lo más probable es que quien lo recuerde en la actualidad, lo haga por su participación con Phil Collins, aunque si ven su extenso currículum, verán que tiene más de que jactarse este señor con cara de buena onda.

Sobre el show, y lo que pasaba abajo del escenario, debo confesar que del sector en el que estaba yo, las más entusiastas eran mi hermana, yo, y la niña que estaba al lado mío, la que andaba con su pololo, pero que al parecer sólo la vino a acompañar porque casi no se movió en todo el recital. Una lástima, pues la fila de atrás tampoco se movió mucho, aunque poco nos importó: nosotros saltamos y cantamos a destajo. Leland se reía y nos grababa con su cámara a ratos (estábamos justo frente a él). Así fue transcurriendo el concierto... desfile de canciones clásicas de la era Joseph Williams como Stop Loving You y Pamela (que me canté de principio a fin, aparte de gritar ya que era Tony Spinner quien emulaba a Williams). Tampoco estuvieron ausentes los clásicos de clásicos, Rossana, Hold the Line, y el cierre maestro con Africa.

Hay que decirlo, Lukather realmente es un virtuoso de la guitarra, y lo mejor de todo es que lo disfruta. Hasta se le ocurrió tocar con los dientes!. El tipo es increible, suena siempre bien y coordina el sonido de una manera que daría envidia a cualquiera. El momento climax fue cuando se lanzó al público. Así es... emulando a las estrellas de rock de antaño, se atrevió a lanzarse de espaldas al público. Con eso nos ganó a todos, sin duda. Habló bastante también, entre agradecer al público y maravillarse de que "las nuevas generaciones" gusten de la música de Toto: evidencia de ello fue el chico que se subió al escenario a saludarlo y que ni los guardias pudieron detener (no debió haber tenido más de 11 años).

Una noche redonda, completa... quizás algo de gusto a poco... pero que valía la pena vivir. En términos estrictos se trataba del primer concierto al que iba así, con todas las de la ley. Y estuvo notable. Obvio, si Toto viene de nuevo, voy... cueste lo que cueste. 100% recomendable!

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