jueves, enero 24, 2008

Se cree pelolais

A pesar de que ha pasado rato desde que apareció esta masificación de tribus urbanas, donde ya ver chiquillos con pelo alisado, sobre los ojos... vestidos con un negro no tan estricto, con base en la cara y delineador en los ojos, todavía no me habitúo a reconocer que hasta mis padres saben más de pokemones y pelolais que yo (asumo que se debe a que ven el Diario de Eva y Veredicto todos los días)

Para mi las pelolais han existido siempre... claro, no bajo ese término específico (¿Francisca Merino?, ¿les suena?). Es fácil identificar un estilo del cual no te sientes para nada parte... esa es la principal razón por la cual las tengo en mi retina y memoria. Tal vez si tuviera que definirme... no me quedaría otra que decir que soy... pokemona?... qué diablos!!!, ni siquiera vi Pokemón alguna vez en mi vida! (si es que deduzco bien que el término deviene del dibujo animado, aunque signifique cualquier otra cosa).

En fin, mi reflexión se origina a partir de recordar a la primera pelolais que conocí en mi vida (ejercicio motivado por el encuentro con mi compañero de colegio el otro día... claro, acordarse de tiempos pasados... de personas que ya no ves)... sí... de las niñas "bien", adorables en todo sentido de la palabra... excepto por sus pares femeninos. Es increible la crueldad que puede llegar a caracterizar a los niños... pero más increible y crueles pueden ser las "niñas" a esa edad (hablamos ya desde los 8... 10 años). En cierta forma... y buscando la forma de encajar en un curso en el cual sentí el rechazo inmediato (sí, mi niñez fue triste y cruda... otro día se las cuento), me sumé a quienes marginaron a esta pobre niña... sí, Gabriela era su nombre (su apellido ya no puedo recordarlo). No obstante, si bien su comportamiento era muy distinto y distante al nuestro... no podría ser parecido a la de una María Joaquina (alias con el cual la identificábamos)... no, realmente no lo creo.

Y así fue... con el tiempo, tuve la oportunidad de conversar un poco más con ella (claro, de lo que pueden conversar dos niñas de 9 años), y sentí que ella era tan forastera como yo en ese entorno... me sentí mal, no por ella... si no por mí, por negarle el respeto de niña y por dejarme llevar por lo mismo que yo condenaba diariamente. Era cierto, no compartiamos gustos ni nada... su estampa de niña rubia y ojos claros de seguro le permitió muchas cosas, como le puede haber negado otras... no es más o menos persona que todos. Esa fue la conclusión mayor de todo eso. Terminamos siendo buenas compañeras de curso. Pero con los cambios de curso y esas cosas, nunca más supe de ella. En esa época no se estilaba el messenger ni el correo electrónico... existían los teléfonos, que con cada cambio de casa quedaba obsoleto... la probabilidad de perder contacto era mayor que hoy en día. Hoy me pregunto que habrá sido de ella. Quedó en mi memoria como la primera pelolais que conocí... pero de las pelolais "buena onda".

1 comentario:

MCHN dijo...

La primera pelolais que conocí en mi vida se llamaba catalina... en realidad no, hubo una antes, se llaamaba barbara... en realidad no, hubo una antes, en kinder, se llamaba alejandra... me es difícil un primero en cualquier(a) cosa, porque por logeneral, tiendo a creer que todo existe hace tiempo.