martes, mayo 20, 2008

La marcha de la pyme

No llueve, pero caen goterones de vez en cuando.

Es una buena frase para caracterizar estos meses. Algo aburrida de estar revisando diarios, y bolsas de trabajo electrónicas... he optado por volver a la filosofía inicial de este año: "algo caerá, y mientras... independiente no más". Y así han sido estos meses. Sin "hinchar" demasiado he logrado salvar casi medio año. Ciertamente la bendita devolución de impuestos da un respiro importante, pero aún así mis amados "pitutos" entregan el aporte máximo de recursos necesarios para el pago de cuentas y la mantención... incluso logrando darme algún gustillo de vez en cuando (claro, no de la magnitud a la que estuve acostubrada hace un tiempo, pero no me molesta).

Llegué a la conclusión que la idea de "pyme" no es tan descabellada después de todo, pues refleja una parte importante de mi funcionamiento actual: horarios a convenir, plazos fijos, tratos por producto, pagos por entrega. Yo soy mi jefe, y el servicio prestado son el uso de mis neuronas y los bits de mi "toshibito". No parece un mal trato de buenas a primeras.

Una compañera me dijo el otro día que me envidiaba, que le gustaría tener mis horarios y poder trabajar en casa. Es posible que sea envidiable, no lo niego. Pero la recomendación es ejercitar un buen autocontrol, pues la tentación de "no hacer nada" y "gastar el tiempo" en "otras" cosas es demasiado grande. Se debe tener un sentido de la responsabilidad tremendo si no quieres caer y quebrar a la primera. Es como pasar del colegio a la universidad: en el colegio te exigen llegar a una hora, salir a otra... las tareas están dadas, las pruebas fijadas, "tienes" que estar en la sala de clase, olvídate de fumar dentro, etc. En la u, si quieres entras a clases, te puedes fumar todos los cigarros que quieras en el patio, tomar cafecito, irte a las canchas... pero si después te echaste el ramo, cagaste no más. Nadie te mandó a perder el tiempo en la "semana novata" ni menos en el "paseo a la playa".

Lo otro complejo, es el tema de la planificación. Alguna vez lo tuve que haber mencionado. Es que es complicadísimo pensar en algo más lejano que el fin de mes. No se sabe si habrá proyecto el próximo mes o si caerán alumnos para clases en época de no - exámenes. Así tienes que olvidarte de pensar en grandes gastos o inversiones de largo plazo. A menos, claro, que siempre exista una constante a la que recurrir... algún ingreso fijo por alguna razón. En caso contrario, todo es incertidumbre. Pero también representa un ejercicio interesante: vivir con lo necesario, priorizar en el sentido estricto de la palabra ("esto sí, esto ni cagando"). Ha de ser un logro importante si en un régimen así se pueden lograr cosas como auto, casa, viajes, etc.

La mantención y mejoramiento de este estado necesita de algunos ingredientes, dentro de los cuales, el más potente es la "habilidad para crear necesidad de uno al resto", que te busquen, que te hagas necesario, que seas un recuerdo asociado de cosas y habilidades requeridas. Un segundo ingrediente es una lista extensa de personas "potenciales" que pudiesen necesitarte. Combinados ambos hacen la mezcla perfecta: no te sirve conocer a medio Chile, si es que ese medio Chile jamás necesitará de ti... y tampoco sirver crear necesidad de uno sólo a algunos, porque la lista se satura rápido... y después no hay nombres libres en ella. Es el perfecto equilibrio que me propongo obtener de algún modo... y que debo hacerlo si es que quiero perdurar en este regimen de "libertad" laboral.

Si tengo éxito en aplicar esta fórmula dentro de la pyme, no me sorprendería estar escribiendo un libro de autoayuda en unos años más. De hecho, ya le tengo el título: "Como Depender de la Independencia".

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