miércoles, febrero 27, 2008

She is... (Cobarde)

Eran cerca de las 10 de la noche, su celular no paraba de sonar... pero no se dignó a contestar. Incluso silenció el timbre del teléfono, pero aún así, el ruido de la vibración sobre la mesa le hacía llamar su atención. En un par de oportunidades estuvo tentada en contestar, pero no lo hizo. ¿Cuántas veces llamó? ¿10? ¿20?... era irrelevante cuántas, lo importante era el remordimiento de no contestar. Sabía exactamente quién era, sabía con precisión la razón de su llamada, sabía exactamente lo que no había hecho, y sabía a la perfección lo que no estaba dispuesta a hacer, aunque ya lo haya comprometido con anterioridad. "Corbarde", se repitió para sus adentros.

Sacudió la cabeza y se levantó del sillón, fue a la cocina, abrió el refrigerador y sacó una cerveza. Volvió a su lugar en el sillón, sacó un cigarro de una cajetilla que estaba sobre la mesa, lo encendió al tiempo que abría la ventana para que entrase un poco de aire. El celular comenzó a vibrar nuevamente. "Cobarde... ¿tan difícil es dar la cara?". Daba bocanadas más profundas cada vez, era como si pensara que el humo en su cuerpo pudiera esconder ese pesar que le oprimía el pecho. Encendió el televisor, quizás un poco de ruido pudiera ayudar. A los pocos minutos notó que fue una pésima idea, "¿qué esperabas?, es 14 de febrero, la programación no es muy variada, obviamente". Apagó el aparato, y se quedó como al principio, en silencio. Remordimientos, se sintió como una mala persona. Sí, lo era. Eso no se hace. Jamás. Menos a una persona tan atenta, tan... ¿buena persona?. No se atrevió a asentir ante este pensamiento. Él tenía muchos atributos positivos, quizás muchos más que ella, pero no era perfecto. Quizás ese era el problema, querer alguien perfecto para ella... tan... ¿imperfecta?. Se dijo una vez que esa búsqueda de perfección nunca llegaría a buen puerto, por lo que se aventuró y le dio una oportunidad. ¿Qué tan malo podía ser?

Pero no le gustaba que la presionaran. A su juicio, las cosas iban demasiado rápido, y tenía susto. De repente se dio cuenta que sus expectativas estaban orientadas hacia otro lado, y que el muchacho estaba "absorbiendo" gran parte de si misma. Eso no estaba en los planes, y nunca le gustó hacer cosas que no estuvieran dentro de sus planes. No era justo tener que cambiar completamente por alguien... ¿imperfecto?.

Volvió a encender otro cigarrillo. Cuando miró la mesa, el celular ya no vibraba. El silencio se hizo más profundo esta vez. Ya no había vuelta atrás.

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