Podría mirar a otro lado, pero no puedo. Trato de que mi mirada no me delate… pero yo se que sabes lo que estoy tratando de decir: lo siento, lo siento… por favor, no me tortures más… dime todas esas cosas que estás pensando, así como yo lo estoy haciendo ahora. No hay día más feliz para mí que este, pero no he podido dejar de pensar que es a costa tuya. ¿Qué más puedo hacer?, ¿debo suicidarme por ser feliz?, ¿acaso no tengo derecho?, ¿podrías nuevamente hacer algo para ayudarme?
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
La vida nos regala misterios, como por ejemplo ahora, que siento como puedo escuchar cosas que no han salido de tu boca, pero que me resisto a creer. Tienes ojos suplicantes, es como si trataras de confesarte con la mirada. ¿Eres feliz?, sí… eres feliz, pero sientes culpa, es eso lo que estás tratando de decirme. Yo no quiero creerlo, es que si es verdad, yo ya no tengo nada más que hacer… me estaría convirtiendo yo en una intrusa, en una invitada no deseada… una uninvited guest. De víctima a victimario. La cabeza me da vueltas, pero no puedo despegar mi mirada de la tuya.
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Hay cosas de las cuales nadie tiene culpa. Esta es una de ellas. Quiero creer que así es. Que ambas hemos sido embaucadas por eso que llaman Destino. Me pregunto si tal vez en el futuro podamos hablar de ello con libertad, sin cuidar nuestras palabras… como antes solíamos hacerlo de otras cosas, con franqueza, con sinceridad. Tú como mi confidente bien sabes que no puedo mentir sin sentir remordimientos… que fue lo que sentí todo el tiempo desde que me enteré de la verdad. No fue mucho antes de que te dieras cuenta, pero a mí me pareció una eternidad tortuosa.
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Creo que si estamos aquí en este minuto, es porque una de las dos tendrá que dar un paso al lado. Y aunque se que tendré que ser yo, me gustaría irme con algo más que con las manos vacías y la cabeza gacha. He asumido mi nuevo rol, el de extraña. No creas que las cosas volverán a ser como antes. Las cosas pueden superarse, pero no olvidarse. Si nos volvemos a encontrar nuevamente, quizás… no lo se, te de un abrazo o simplemente te ignore. Son cosas de las cuales no tendremos nunca una certeza. Pídeme que te perdone y lo haré, porque simplemente ya no me queda otra cosa que hacer, pero no me pidas que lo olvide. Simplemente no podré hacerlo.
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
No te vayas… no sigas alejándote. Entiendo, ¡quiero entender!, pero no te vayas… necesitamos conversar. Es como si ahora no quisieras escucharme, ya no me miras. Te has volteado, colocando tus manos en los bolsillos y caminando hacia la otra esquina con rapidez. Esta es mi última oportunidad, quiero salir corriendo en tu búsqueda, pero mi amor me detiene con una mano, me mira extrañado. ¡Acabo de darme cuenta de donde estoy!. Lo había olvidado, yo lo miro suplicante para que me suelte, pero él no entiende, me sigue mirando más extrañado todavía. Yo le señalo la vereda de enfrente, pero cuando ambos miramos al otro extremo de la calle, ya no hay nadie… no hay nada. Te has ido, y no se donde… otra vez me has dejado con las palabras en la boca. Al menos trato de pensar que pude transmitirte algo con la mirada, aunque me hubiera gustado ver más en tus ojos. Se que podrás perdonarme, pero no se a qué precio… supongo que el de no volverte a ver nunca más. Demasiado alto para mí, pero el más justo para las dos.
Epílogo:
En efecto, nunca más se vieron. Una vez estuvieron a punto de toparse. Luego del matrimonio, la feliz pareja tuvo hijos e hicieron una vida tranquila, juntos. Mientras que la mujer que observaba desde la vereda de enfrente, se alejó y se casó años después, con un hombre solitario que encontró en uno de sus tantos viajes a cualquier lado. El día que ambas estuvieron a punto de toparse nuevamente, fue en un cementerio, ambas despedían a sus respectivos compañeros, sus parejas. Desde ahí sus caminos siguieron en paralelo, solas, pero con una idea en la cabeza que les ronda hasta el día de hoy: querer creer que no fue en vano.
1 comentario:
que brigido
Publicar un comentario