jueves, julio 27, 2006

Mejor no hablemos de amor ( X )

No sabría explicar por qué razón sabía que era la última vez que iba a estar con Mr. H, era una sensación extraña. Fue como si de repente me viera a mi misma desde fuera: no sabría decir si me dio lata mi patético nivel de dependencia… porque de la noche a la mañana no era que se me hubiese acabado el amor. Creo que una seguidilla de acontecimientos previos antes de su nuevo anuncio de partida me predispusieron a una actitud de ese tipo:

1. Fui sorprendida por algunas personas en una plaza de la capital con Mr H. más de una vez. Una de ellas sabía de su existencia, pero no de su regreso. Después de haberme visto me preguntó qué pasaba… a grandes rasgos le expliqué. Fue la primera en decirme sin ningún tipo de anestesia “Estay pelando el cable, date cuenta que no vas a llegar a ningún lado así”. Claramente la mandé a la mierda (Sorry Ange, me disculpo por eso).

2. Mi pretendiente (C.) me llamó un día de esos. Sabía que estaba “saliendo” con otra persona, me preguntó… “¿Vale la pena aferrarse tanto a una persona?”. No era un discurso de dolido, sino de persona preocupada: “Estás cambiada, te importa una raja el mundo… ¿Tanto te cambió el hombre este?”

3. Estaba rindiendo mal es mis estudios… y eso me estaba pasando la cuenta… nunca había tenido un semestre tan “pajero” como ese, pero me estaba olvidando de la u… estaba perdiendo el norte de lo que quería hacer después.

4. Nada me llamaba la atención, llegué al minuto que no quería salir, ni juntarme con mis amigos… ni carretear. Me reducía a lo justo y lo necesario… y a Mr. H.

Hay más cosas chicas que podría mencionar… pero se centran más o menos en esa conclusión: “me estoy quedando sola, me estoy consumiendo con algo que no tiene para adonde llegar”. Cada vez lo fui pensando más y más… tanto que a veces me decía en voz alta: “¡Estúpida! ¡Estúpida!”

De repente me vi con Mr. H y me puse a pensar precisamente en qué pasaría si me decía que se iba de nuevo. No lo sabía… pero después llegué a la conclusión de que si volvía a pasar… quizás lo más sano era dejarlo ir de forma permanente, como un nunca más, aunque me doliera. Yo ya me sentía lo suficientemente manipulada por mis arrebatos como para seguir en algo así mucho tiempo más. Así que cuando me dijo que se iba de nuevo, yo ya tenía en mente que sería por última vez. Estaba dejando de lado muchas cosas, al tiempo que estaba “sufriendo” de incertidumbre, incluso sabiendo que estaba al lado mío.

Se fue con la promesa de volver… pero yo me decidí a olvidar. Y estuvo bien, pasaron meses de los cuales no tuve ni siquiera una noticia, ni un mail… ni una llamada por teléfono. Desaparecí de su Messenger de nuevo. Yo mientras… pasaba mi nuevo “duelo” en un verano horrible… todavía lejos de la vida social, como una especie de auto castigo, como una forma de buscar el punto para empezar de nuevo.

El 2005 fue eso más o menos, el encontrar un foco para olvidarme de tanto rollo y concentrarme en otras cosas… como mis estudios y mis futuros trabajos… me puse a hacer cosas como condenada: pegas de encuesta, entrevistas, ayudantías en la universidad, etc. También había empezado mi primera práctica profesional. Volví a mis amigos, a mis carretes… pero con otra idea, ya no arrancando de otra cosa, sino precisamente tratando de valorar y disfrutar lo que tenía… los chiquillos (mis amigos) se portaron re bien conmigo, casi ninguno sabía lo que había pasado, pero me acogieron a pesar de no saber. Los rollos dejaron de llamarse Mr. H… y aunque no lo olvidé nunca… cuando me acordaba de él ya no era como esa nostalgia, culpa e incertidumbre de pensar “qué habrá pasado” o “qué hubiera pasado”… ya estaba convencida que no iba a funcionar, pero que al menos no era porque yo no lo hubiese intentado, me quedé con la conciencia tranquila.

Y ahora… este año… Mr. H ha regresado nuevamente desde la nada. Pero yo, por fortuna, ya no estoy en el mismo lugar de antes… tuve un 2005 demasiado agitado, demasiado intenso… demasiado mío, y me gustó, hacía mucho tiempo que no sentía de esa forma. No se lo que viniste a buscar, pero si es a mí, no me vas a encontrar… si es mi amistad, ella se diluyó con nuestra última conversación. Si quieres deambular de aquí para allá, por mí está bien… pero yo ya no te acompañaré, no atenderé tus dudas ni tus penas, porque yo tengo otros planes. Ya huí lo suficiente de mi misma, así que no arrancaré más. Es hora de que aclares tus ideas, tal como me ha costado años aclarar las mías. No se realmente qué es lo que quiero de la vida… pero de algo estoy segura: no quiero seguir intentándolo. Descuida, no hay resentimiento, no hay culpa, no hay duda… pero tampoco hay otra oportunidad.

FIN

No hay comentarios.: