sábado, diciembre 23, 2006

I'll always be right there

Si los ánimos estuvieran calmados... sería raro ver masas de gente en la calle, sería raro que las personas anduvieran con cara de aturdidas y angustiadas en el metro o en las micros, sería raro que te miraran feo o te insultaran cuando haces una broma o tratas de bajarle el perfil a una situación, sería raro que no te escucharan cuando les dices algo, sería raro que pasaran por el frente tuyo sin advertirte.

Y como estas cosas no parecen ser raras en estas fechas, llegas a la estupenda conclusión de que los ánimos no están calmados... "elemental mi querido Watson!"

Pero bien, asumamos que esta es la tónica de todos los años, así que no vamos a lamentarnos por eso. Lo que sí, es raro cuando te toca vivirlo en otros planos, con otras personas y en otras situaciones. Digamos que esta semana (desde el martes en adelante, más bien) ha sido cargado a lo "poco típico" o "poco rutinario". El mismo martes fue día de trabajo largo (nada nuevo), pero después de la pega (y a pesar del cansando y la pesadez de los ojos) me junté a comer con una amiga... a pesar de los dramas, llegamos a la notable conclusión de que no vale la pena hacerse mala sangre y no queda otra que "echar pa' adelante". Estábamos de acuerdo que ambas teníamos hartas historias que contar, pero que no serían las únicas... así que era mejor asumirlo desde ya.

Y si de días irregulares se trata... el miércoles fue uno de ellos... trabajo hasta las 12 y después asado en la casa de la jefa. Eso sí que fue raro... entre tenso y curioso. Ver a tus compañeros de trabajo con "ropa de calle"... que tiene implicancias que evidentemente van más allá del vestuario: es otra faceta, donde lo que menos se hace es hablar de trabajo, y donde parte importante de la personalidad se va descubriendo también. Esos son los momentos donde "se saca la foto". Terminado el día, volvimos a nuestra realidad... al día siguiente había que volver a la oficina.

Creo que la guinda de la torta, fue que el viernes me tocó ir a la oficina... algo que estaba evitando... pero que no se pudo pasar por alto. En pocas palabras... CAGUE!, ahora sí trabajo de lunes a viernes... soy una esclava del trabajo y una mercenaria del dinero. Ayer con algo de depresión... estaba en mi escritorio tecleando un informe... a ratos levantaba la vista y suspiraba... más allá de eso, nada po'... ahí estaba.

De todas formas, el término de semana tenía algo bueno preparado: la fiesta de navidad del pasaje. Sí, lo se... suena extraño... en primer lugar, suena extraño que en donde vivo se hagan ese tipo de celebraciones, y segundo, que me hayan dado ganas de participar en ella. Bueno, ambas cosas se conjugaron y estuve hasta altas horas de la madrugada con mis vecinos comiendo y bebiendo al medio del pasaje. Bueno, digamos que aprovechamos la instancia para hacer buenas migas y reforzar el plan de seguridad del pasaje... no hay nada mejor que la ayuda entre vecinos, dicen.

Y eso... ahora me sentaré a esperar que sea navidad, con una buena cena y un buen trago. Me compré un vodka especial para la ocasión... así que no puede desteñir. Por otro lado, estoy tratando de planear algo para año nuevo... es poco probable que resulte, pero filo, se puede intentar. Para mi cumpleaños 24, sólo beberé y dormiré.

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