Así no se puede trabajar!

No era la primera vez... ni tampoco creo que sea la última... pero sin duda fue una de las más impactantes hasta ahora.

Como todos los días... salí del metro Pedro de Valdivia a eso de las 8:50 hrs... caminaba relajada por Marchant Pereira al sur... me quedaban 10 minutos para empezar la jornada laboral y estaba a tres cuadras de mi oficina. Pasé al carrito de los lácteos y compré "lo de siempre" en período primavera-verano: una leche con chocolate, una botella de agua mineral y un jugo-néctar. Seguí caminando la cuadra que me quedaba mientras tareaba la canción que sonaba en mi pendrive... "you spin me round round baby... right round...". Cuando llego a la reja, toco el timbre, se abre la puerta... pero a diferencia de otros días, Marta se asoma por el patio y me dice: "vas a tener que entrar por la puerta trasera, esa no se puede abrir". Efectivamente la puerta principal no se podía abrir... y curiosamente tenía tres marcas de planta de zapato en medio de su amarilla estructura. Eso ya delataba algo... "intentaron entrar a robar" pensé mientras daba la vuelta por el patio trasero para entrar. En eso veo a una de mis compañeras en la cocina que da justo al patio, al verme me dice... "Nos robaron". "Ahh?", respondí en estado de desorientación. Ella siguió: "Entraron a robar anoche, se llevaron todo..."

Mientras me decía todo, yo comencé a mirar alrededor... el escritorio de la secretaria estaba pelado... no había pc... en la salita de reuniones, no había ni tele, ni dvd... estaba todo desordenado... astillas de los muebles forzados... pedazos de vidrio en el suelo... ahí fue cuando me iba a dar el colapso... "mi pc!!!... mi trabajo!!!!"... cuando ya empezaba a sudar, mi colega termina diciendo... "se llevaron todo, menos tu pc". "¿Qué?!!!... no te creo... o sea todo menos eso?". En efecto, subí a la oficina y constaté que en todos los escritorios había desastre, menos en el mío... que estaba casi igual a como lo había dejado ayer en la tarde cuando me fui... ni la cajetilla de cigarros que dejé sobre el escritorio sufrió ataque... tal vez "Don Miguel" los intimidó.

A pesar que ya habían entrado a robar antes... esta era primera vez que dejaban un desastre como ese. Eran las 11 de la mañana y recién se pudieron sacar otros computadores para "trabajar"... y si bien el mío estaba intacto... haciendo causa común con mis compañeros, no me puse a laburar hasta esa hora. Era obvio, cada uno entregaba las impresiones de lo acontecido, era el hecho del momento. Ya los ánimos estaban más calmados... pero de todas formas, ya no había sido un día normal... la mañana entregó una variedad que descolocó a todos.

Mientras almorzábamos, broméabamos sobre cuál habría de ser la táctica para afrontar otro ataque como este... entre perros hambrientos, sicarios, picaportes eléctricos, ácido que caiga de las ventanas, etc... no podíamos ponernos de acuerdo qué cosa podría ser más efectiva. Nos acordamos hasta de Lavín: "si el problema de Chile es la delincuencia!!!". Incluso, dadas las circunstancias... yo subí al columpio: "fue a la única que no le llevaron nada... aquí hay gato encerrado". Sí... hasta yo sospecharía de mí si no me conociera... era bien raro ver todo pelado menos mi escritorio... yo ya veía que los pacos venían a interrogarme.

Sin embargo, si bien la mañana fue lo suficientemente agitada, las costumbres parecen ser más fuertes... me sorprendió que las 4 de la tarde estuviéramos todos nuevamente inmersos en nuestra rutina... con computador o sin él... cada uno trabajaba en lo suyo... algunos respaldos se salvaron del robo, así que no estaba todo perdido... la vida continúa, y la pega no se detiene. Mientras trabajaba, pensaba en mis vacaciones... pensaba en febrero... todavía queda más de un mes... y mientras corcheteaba un turro de hojas, me acordaba que tenía que hacer mis respaldos... no fuera a ser que mañana no tuviera tanta suerte como hoy.