miércoles, enero 03, 2007

Sociología sin psicología

Hoy en el metro, camino a la oficina, pensaba en cómo hacer para poder dormir con los ojos abiertos y que nadie lo notara... una especie de suspensión orgánica latente... una hibernación conciente y alerta. Evidentemente llegué a la conclusión que mientras más lo pensaba, más despierta estaba... lo cual me enfadó un poco. En ese momento desee con todas mis ansias estar en mi cama, con los ojos cerrados... sintiendo a mis vecinos jugar con agua y a los perros del pasaje ladrar... como en una calurosa tarde de sábado.

Sumida en esas meditaciones, no me di cuenta que al carro donde iba subió una ex-compañera de colegio. Cuando me percaté de ello, ya era tarde para "hacerme la loca" (dado que ni siquiera podía correrme, el vagón iba lleno a esa hora). Y aunque iba escuchando mi reproductor de mp3's... sentí la presión social de sacarme los audífonos y saludar. "Hola!!" me dijo (un poco obvio, pero para que noten la efusividad de ella al verme). "Hola..." respondí (también obvio, pero para que noten mi vacilación al contestar). Ella sonreia, como si estuviera contenta de verme... quizás era cierto... aunque no se... yo no atinaba mucho que digamos. A fin de cuentas, no era que me molestara volver a verla... pero tampoco era algo que me emocionara mucho.

Un poco torpe... entre el letargo del sueño que tenía, lo etéreo de las cosas que pensaba, y lo complicado que se me hace entablar relaciones sociales tan temprano por la mañana... le pregunté... "y cómo has estado?". Craso error Nº1... comenzó a "escupir" un "resumen" (más bien parecía racconto) de 6 años de su vida a 1000 RPM. Yo escuchaba y trataba de asimilar lo que me contaba (que por cierto era muy variado). Me dio la impresión de que, o bien yo era una persona muy estimada para ella... o que su vida era un libro abierto definitivamente. O sea, yo comprendo muy bien esa necesidad de comunicarse (escribo en un blog, es una señal importante)... pero de ahí a revelar intimidades "íntimas" (perdonando lo redundante) en un vagón de metro lleno... es otra cosa. En fin... yo escuchaba... porque siempre es bueno escuchar, y porque es un ejercicio que se hacer muy bien, no por nada mis amigos les encanta "hablar" conmigo (o sea, ellos hablan y yo escucho).

Craso error Nº2, la interrumpí diciendo "ah, mira tú... que te han pasado cosas". Eso dio pie a que me preguntara de vuelta... "y tú en que estay? que has hecho en este tiempo?". Empecé a sentir la angustia de no saber qué decir... o sea, claro que había cosas que decir... pero no sabía cuáles decir ni por donde empezar. Al final empecé con lo típico, mis estudios... que terminé la carrera, que empecé a trabajar, que estoy en una oficina, que me titulé en noviembre, que estoy juntando plata (nótese, no explicité nunca para qué), etc... etc...

Evidentemente llegó la pregunta de rigor: "¿y estay pololeando?". Pateada magistral: "No hay tiempo para eso, mucha complicación para mi vida ahora". Punto final, y no se habló más del asunto. Ambas nos bajábamos en Baquedano para hacer combinación con el tren de la línea 1... pero ella iba a Los Héroes (poniente) y yo a Pedro de Valdivia (oriente), por lo que nuestro trayecto común llegaba sólo hasta ahí. Nos despedimos, nos deseamos suerte en las cosas de cada una y cerramos con un "nos vemos". Curioso, no intercambiamos ni teléfonos, ni emails... ¿curioso?... más bien predecible, creo yo. Es probable que nunca más la vuelva a ver... aunque es probable que sí, quien sabe.

Después de este episodio llegué a la conclusión que seré toda una socióloga... pero soy una mierda a la hora de relacionarme con la gente. No se mal entienda, no es que "no pueda relacionarme con la gente", sino que este a este "relacionarse" no le puedo sacar todo el partido que una persona con mayores destrezas sociales podría sacar. Eso de mantener y alimentar las redes no es algo que vaya conmigo... más cuando son redes débiles que ves tarde, mal y nunca. Se comprueba finalmente que la disciplina no es similar a la de "psicologo de grupo", ni menos que uno debe sacar un bono para ir al sociólogo. El sociólogo señores, no les va a solucionar un problema, al contrario, encontrará más... y mientras más imposibles, mejor. No se confundan en el otro extremo, tampoco es un defensor de "causas perdidas", dado que sabe perfectamente lo que implica el apellido "perdidas"... ergo, sólo invertirá tiempo en hablar de ellas y no en seguirlas. Es así que de psicólogos tenemos nada... y si por esas casualidades llegan a conocer a un colega que ustedes consideren una persona casi "terapéutica" para ustedes, con la cual pueden compartir sus problemas, es sólo que se trata de una persona que tiene internalizada la práctica de escuchar. No hay que ser psicólogos para aprender a escuchar a otros.

5 comentarios:

Megumi-san dijo...

Huy mujuer... las ganas de quedarse en casa, cualquiera... bueno... yo no tengo ese problema, si la persona con la que me encuentro es de mis afectos, bien podemos hablar, sino, soy muy formal y escucho y respondo, pero nunca más allá de lo que el mero formalismo implica.... jajaja pero a mi me gusta ir escuchando y hablando con alguién... sin embargo, al igual que tu, en muchos recorridos del bus mi compañía es mi mp3... Ahh y sabes que odio? que este uno emosionado escuchándo la parte que más te gusta de una canción y comienzen a decirte algo... osea... en ese momnto estoy en Megumilandia y desaría quedarme por un momento más ahí, gracias.....

Cuídate...

Lolo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Lolo dijo...

Y un poco la wea de clasificar a la gente en base a codigos es mas comodo... no se si sera el caracter lo que te lleva a la carrera o al reves, pero yo siempre digo que de haber sido psicologo habria sido casi psicopatico... mientras estudiaba eso le perdí el interes, el brillo a las relaciones sociales, como saber el final de la pelicula, saber lo que te va a decir tal o cual persona si actuas de una u otra manera, me estaba convirtiendo en un mounstruo.

Los que me conocen saben que nunca aparezco, me cuesta salir, y eso creo que es parte de mi personalidad, pero estoy luchando fervientemente por ser una mejor persona... y de eso algunos de mis amigos saben. Me costó darme cuenta de que me echaban de menos DE VERDAD... es brigido eso.

Por eso trabajar con numeros y cosas asi es el refugio a una pobre habilidad social, pero sabes? la gente no suele percibirlo asi, te perciben como interesante, cuando reaccionas de una determinada manera o reaccionas de tal o cual forma jajaja te entiendo, me pasa todo el tiempo y la verdad creo que es pura torpeza mia...

The Uninvited Guest dijo...

Jajajaja... yo en mi caso suelo llamarlo "inoperancia social" (equivalente a la torpeza al momento de relacionarte con otros) e "ineficiencia relacional" (el mal provecho, o más bien el poco partido, que uno saca de una relación social)... pero como términos suenan más rudos de lo que son.

Salón de la Infamia dijo...

La última línea del relato es clave.
Es más, me identifico plenamente con lo planteado...el tener "destreza social" está internalizado en algunos y es difícil que otro lo aprenda siguiendo el modelo. Y es ahí cuando aparecen esas débiles redes sociales.
"Inoperancia Social"...mmm... me apunto ahí.

Saludos,,,