miércoles, enero 28, 2009

Desabastecimiento

Uno de los indicadores más fieles que nos dice que estamos en pleno período vacacional, es la poca gente que se moviliza en las calles durante estas semanas. No es que Santiago esté desierto, pero ha bajado considerablemente la cantidad de individuos en toda la ciudad: colegios vacíos, casas inhabitadas, universidades sin gente, oficinas vacías...

Pero esta "ausencia" también provoca algunos estragos no menores para quienes seguimos aquí: el desabastecimiento es uno de ellos. En la universidad sólo hay 3 lugares hábiles para comer, que tienen prácticamente la misma comida y en visiblemente menor cantidad: pobre de ti si se te ocurrió ir a comer después de las 2 de la tarde, es probable que sólo tengas opción de un completo entumido y sin tu ingrediente favorito. Más aún, la escasez llega a puntos críticos, donde ni siquiera tienes cucharas para revolver tu café. Olvídate de tu helado favorito, de ese ya no traen hasta marzo porque en febrero no habrá gente para venderlos. Y si pensaste que eso era lo más cruel, ya ni siquiera las máquinas expendedoras tienen comida ni bebidas, y tampoco serán repuestas antes de marzo.

Y si bien sólo me he referido al lado alimenticio... en otros aspectos, también el efecto "vacaciones" trae estragos a los pobres santiaguinos que están todavía en la ciudad: la menor cantidad de personas en los puestos de trabajo hace que los procesos que antes demoraban una cantidad de tiempo corta, ahora sean eternos, dado que está plagado de "reemplazantes" que poco conocen de lo que reemplazan. No los culpo, pero nadie puede negar que la desaparición masiva de personas provoca un impacto no menor en la vida cotidiana.

Pues aún me lamento el no poder haberme comido mi helado favorito bajo los 34 grados de hoy a las 5 de la tarde.

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