La dama de hierro

Ah... que noche más... triste?... no, no es tristeza... más bien un poco de rabia con el mundo y sobretodo conmigo misma, y es que todavía no aprendo a mandar a todos a la cresta... llevo años intentándolo, y parece que no ha valido mucho el esfuerzo... aquí estoy nuevamente lamentándome por todo y no pudiendo decirselo a la cara a nadie.

Bueno, así soy yo... ya me conocen... "Secretaria, secretaria la que escucha, escribe y calla", tal como dice la canción: siempre estoy ahí, si lo necesitan... sólo díganlo, yo acudiré... ¿qué tiene de malo eso?, absolutamente nada... en la medida que sintiera algo de respaldo.

Pero es que bueno... soy del tipo de personas que es incapaz de hacer partícipe de mis penas y molestias al resto del mundo que me rodea... al parecer es eso... porque siempre resulto ser "quien no entiende porque no sabe"... ergo... eso... comprenderán que ese tipo de "marginación" puede llegar a ser molesta, ¿acaso todos tienen derecho a sentirse mal y yo no?, ¿acaso se me tiene prohibido "sufrir" o "protestar"?, ¿acaso mis razones son menos valiosas que las del resto?. Sí, estoy sentida, ¿no se nota?... es que da rabia... ver que la gente se pasa por la raja mi vida o la dan por sentada... perfecto, siempre hay gente que está peor que uno... pero eso no les da derecho a minimizarte. No voy a ejemplificar con nadie en particular... porque en este minuto acusaría al mundo entero de comportarse así conmigo... al menos todos lo han hecho alguna vez, y claro... la culpa es mía, de seguro... pero todavía no está esa persona dispuesta a escarbar más allá de mi capita exterior, sólo esa persona podría ver cuánto me afecta.

Demonios, me gustaría contarles cosas más alegres... pero es que esta semana ha sido casi un infierno, y es probable que a nadie le importe... y al final, ¿para qué tendría que importarle a alguien?. Creo que empezaré a instrumentalizar a quien se me pase por delante para suplir mi carencia social, jajaja... yo me río, y capaz que de verdad lo termine haciendo.